Dr Ricardo Celis Araya
Médico Cirujano, Gineco-obstetra
Más de 85,900 garantías GES incumplidas, 323,000 personas en espera de cirugías no GES (no garantizadas) y un promedio de 255 días de espera para atención médica evidencian la crisis del sistema de salud chileno.
Esta problemática afecta a millones de personas, con más de 2.5 millones en espera de atención médica y odontológica en listas no GES. La región de Araucanía enfrenta una situación crítica, con listas de espera GES (Garantías Explícitas en Salud) y no GES en aumento, afectando la calidad de vida de quienes requieren atención urgente.
La falta de financiamiento adecuado es uno de los principales factores que contribuyen a esta situación. El sistema de salud enfrenta serias limitaciones económicas, impidiendo la implementación de soluciones efectivas para reducir las listas de espera. Araucanía sufre un déficit significativo en infraestructura hospitalaria y tiene pendientes dos proyectos fundamentales: la finalización de cinco pabellones dañados por el terremoto del 27 de febrero de 2010 y la construcción de un Centro de Oncología. La distribución de especialistas es desigual, con la Región Metropolitana concentrando el 59.7% de los especialistas, mientras Araucanía cuenta con apenas un 4.1%. Esta escasez retrasa la atención y pone en riesgo la salud de los pacientes.
Además, los problemas de gestión agravan la situación. Hay poca innovación en cirugías de un día y escasos centros de cirugía mayor ambulatoria en la red asistencial. La falta de coordinación entre instituciones, la ineficiencia en la asignación de recursos y la débil planificación dificultan la atención rápida y efectiva. Muchas personas recurren a consultas privadas o viajan a otras regiones en busca de atención, lo que representa un gasto adicional y riesgos para su salud.
Es fundamental tomar medidas urgentes para abordar estas deficiencias estructurales. Se requiere una inversión significativa en infraestructura y recursos humanos. Factores limitantes como la disponibilidad de campos clínicos y la formación de especialistas deben ser abordados. También es necesaria una revisión de las políticas de financiamiento y gestión del sistema sanitario. Solo así podremos garantizar el derecho a la salud, que como derecho fundamental, es imperativo actuar con responsabilidad y urgencia para resolver esta crisis.
Existen posibilidades de mejora, pero requieren voluntad política, financiera y de gestión. Es esencial implementar un plan de formación y dotación de especialistas, así como cerrar brechas financieras y de recursos humanos. También se propone la extensión horaria de funcionamiento de pabellones hasta las 20 horas en hospitales públicos, avanzar en modelos de cirugías de un día y, especialmente, mejorar la infraestructura, como la reconstrucción de los pabellones dañados en el terremoto de 2010 e implementar de manera urgente el centro oncológico regional. La optimización del trabajo y la gestión en red es clave para enfrentar esta crisis.