Los conceptos “rage aplplying” y “job hopping” pueden parecer desconocidos para muchos, pero son frecuentes en el mundo laboral. Y quienes los practican exponen riesgos que pueden dar el desarrollo presente y futuro de la carrera de un profesional.
Para tener una carrera profesional exitosa, es recomendable tener la mayor experiencia posible. Y para lograrlo, trabajar en varias empresas, cambiando de trabajo con cierta frecuencia, parece ser la receta ideal. Sin embargo, si esta estrategia se utiliza mal, puede traer problemas. ¿A qué se exponen los profesionales que cambian constantemente de trabajo?
Aunque sumar distintas experiencias es algo positivo, sabemos que cuando se hace una forma muy frecuente se puede convertir en una amenaza. Especialmente cuando los trabajadores se exponen a nuevas tendencias que surgen a partir de las frustraciones y decisiones precipitadas.
En el mundo laboral se han vuelto familiares dos conceptos interrelacionados, “rage applying” y “job hopping”. El primero de ellos se relaciona con la conducta de postular impulsivamente a diversas vacantes disponibles, moviéndose por rabia o disgusto con algún aspecto del trabajo actual. En tanto, “job hopping” es la práctica de ir de empresa en empresa, cambiando de trabajo sin una estrategia detrás.
“El riesgo de estas prácticas es provocan daños al presente y futuro de la carrera de un profesional”, explicó el director asociado de Robert Half Chile, Caio Arnaes, quien agregó que el “rage applying” muestra una ausencia de estrategia, enviando currículum de manera masiva, sin ningún tipo de personalización para cada postulación e, incluso, postulando a trabajos que no encajan con el perfil del profesional.
“Es una práctica que no tiene sentido si se tiene una planificación estratégica para la carrera profesional de una persona. Eso, sin duda, nos aleja de las buenas oportunidades. No podemos olvidar que una carrera exitosa es el resultado de acciones planificadas y bien pensadas.
Riesgos a simple vista
Aunque haber trabajado en muchas empresas puede parecer tentador, existen riesgos. A los ojos de los reclutadores, esto no siempre se considera como una característica atractiva. Contar con un historial de “saltos de trabajo”, puede reflejar falta de estabilidad o dificultades de adaptación.
Según Arnaes, “no hay duda de que cada experiencia laboral genera aprendizaje y logros. Sin embargo, los cambios deben tener un desarrollo que, a ojos de los especialistas em reclutamiento, responda a movidas estratégicas y, que a la hora de una entrevista o proceso de selección, existan explicaciones claras para estos cambios de trabajo que no generen una imagen negativa que complique una postulación a un nuevo trabajo”.
En definitiva, el ejecutivo recordó que muchos profesionales no se conocen en profundidad y no saben qué es lo que realmente quieren o qué los motiva realmente. “Por eso, las postulaciones y cambios de trabajo deben ser hechos con reflexión y madurez”, concluyó Arnaes.
